Al cierre
Habiendo dicho lo dicho, y hecho lo hecho, siendo el día que es y la hora que es dejo Hermosillo.
Llegué a Hermosillo el 14 de Agosto de 2004, si mis cuentas no me fallan, hace 76 meses. Tenía 18 años casi recién cumplidos cuando llegué, me voy con 24 años tirándole a 25, 3 licenciaturas terminadas, nunca tuve novia sonorense, y nunca use botas ni sombrero. Llevo una maleta documentada, dos de equipaje de mano y dos cajas por paquetería. Dejo amigos que quiero y siempre querré, que me enseñaron más de la vida que las miles de horas que pasé en la escuela. Regreso con muchas más canas, pero también más historias que contar.
Ha habido pocas lágrimas el día de hoy, porque aunque me duele irme y sé que a mis amigos también les entristece, hay que saber continuar y sé que ellos también se alegrarán por mi. Quedo a deber infinidad de risas, eternas pláticas, secretos, confesiones, acuerdos y desacuerdos, y si la aerolínea en la que viajo supiera el sobreequipaje que llevo de recuerdos, no podría pagarlo en toda la vida.
Gracias a Dios vivimos en la época de la tecnología, y sé que no dejaré de hablar con ellos, pero sepan que los quiero.
No puedo asegurar si por última vez, o habrá muchas veces más que regrese a ver a mis amigos. No hay nada seguro en esta vida, solamente hoy y ahora, que sin duda dejo parte de mi vida aquí.
UPDATE: Cuando terminé de escribir este post, comenzó el abordaje, guardé mi computadora, y me formé y desde ahí hasta que despegó el avión fue un momento más difícil de lo que esperaba... durante el vuelo tomé varias fotos que pronto publicaré...
Llegué a Hermosillo el 14 de Agosto de 2004, si mis cuentas no me fallan, hace 76 meses. Tenía 18 años casi recién cumplidos cuando llegué, me voy con 24 años tirándole a 25, 3 licenciaturas terminadas, nunca tuve novia sonorense, y nunca use botas ni sombrero. Llevo una maleta documentada, dos de equipaje de mano y dos cajas por paquetería. Dejo amigos que quiero y siempre querré, que me enseñaron más de la vida que las miles de horas que pasé en la escuela. Regreso con muchas más canas, pero también más historias que contar.
Ha habido pocas lágrimas el día de hoy, porque aunque me duele irme y sé que a mis amigos también les entristece, hay que saber continuar y sé que ellos también se alegrarán por mi. Quedo a deber infinidad de risas, eternas pláticas, secretos, confesiones, acuerdos y desacuerdos, y si la aerolínea en la que viajo supiera el sobreequipaje que llevo de recuerdos, no podría pagarlo en toda la vida.
Gracias a Dios vivimos en la época de la tecnología, y sé que no dejaré de hablar con ellos, pero sepan que los quiero.
No puedo asegurar si por última vez, o habrá muchas veces más que regrese a ver a mis amigos. No hay nada seguro en esta vida, solamente hoy y ahora, que sin duda dejo parte de mi vida aquí.
UPDATE: Cuando terminé de escribir este post, comenzó el abordaje, guardé mi computadora, y me formé y desde ahí hasta que despegó el avión fue un momento más difícil de lo que esperaba... durante el vuelo tomé varias fotos que pronto publicaré...
